«Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo»
José Ortega y Gasset.
Intentar referirnos al medio como herramienta o acción que disponga de un resultado, mismo que puede estar dentro de la legalidad o la ilegalidad, no limita su argumento justificante ante el político legítimo o ilegitimo que lo ejecuta.
Intentar establecer nuestro argumento entre el bien y el mal, para abordar la concepción de Maquiavelo de la Razón de Estado tendría resultados sesgados, que no estarían apegados a una realidad, un contexto político y social. Teniendo siempre en cuenta la interacción del poder en sus diferentes manifestaciones, desde quienes lo ejercen e intentan preservarlo, a los que por todos los medios intentan obtenerlo.
Las circunstancias intentaran pre-configurar una realidad adversa a los designios del poder, puesto que la realidad cambiante trasgrede lo estático para re-configurar nuevas necesidades que se van ajustando a respuestas políticas, económicas o sociales que satisfacen una necesidad imperante. Ante el panorama descrito el político como buen estratega y pensador, refutará toda acción que encubra despojar su trono.
Tenemos que resaltar el contexto político en el cual fueron gestadas las ideas de Maquiavelo entre la división de la divinidad religiosa y una política diferenciada de esa realidad, para dar paso al surgimiento de los Estados Nacionales, matizado por los despóticos tiranos y monarcas que ejercían en Francia, Italia o España. Resaltando las virtudes de los lideres para preservar la soberanía e integridad territorial ante el enemigo que se acerca de forma vil.
Razón podrá tener el hecho ante la situación, se emplearan todos los justificantes que puedan ejercer garantías plenas al gobernante para su permanencia, y en esos aprestos se intentará crear un línea mediática de comunicación que pueda enaltecer el aspecto positivo y mermar las voces disidentes que resaltan los nefastos resultados, la lucha de intereses siempre estará en constante tensión, pregonando un punto medio que pueda llevar a la estabilidad o en términos modernos a la gobernabilidad. El gobernante siempre estará sujeto a la lucha, a intereses enfrentados, las respuestas siempre estarán apegadas a hechos que benefician al líder, nunca se podrá satisfacer las ansías de ambas partes enfrentadas. Esto llevará a que la Razón de Estado se convierta en los designios personales del gobernante, no existe manual o documentos legales que expliquen la forma de actuar, todo estará supeditado a su capacidad individual y de la misma se intentará plasmar la respuesta o acción que menos impacto pueda tener para debilitar su figura y pueda fortalecer su poder ante los gobernados y sus realidades.
Alejandro A. Paniagua Báez
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