REALIDAD DE LA JUVENTUD Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES.

Algunos párrafos extraídos del libro:


“El Nuevo Amanecer de los Movimientos Sociales.

La Revolución de los Jóvenes en Chile”.

Santiago de Chile, verano del 2014

Primera Parte 

Diálogos con Pedro Rosas. Doctor (C) en Estudios Americano, Profesor de Historia y Geografía, Licenciado en Educación, historiador, y Magíster en Historia de Universidad ARCIS.

Por Nicolás Quiroz Sandivari (SEDEJ-PMSS)

Los jóvenes han significado siempre una especie de representación del recambio social, siempre los jóvenes han aparecido como aquella parte de la sociedad llamada a hacerse cargo del futuro de la misma.

Lo que ocurre es que los jóvenes como sujetos en el marco de sociedades oligárquicas, tradicionales, sociedades conservadoras -sociedades donde las necesidades de la población en su conjunto no están satisfechas, donde las necesidades de participación o la voluntad de participación política no está dada por parte de las estructuras existentes-, son parte de esa insatisfacción y empiezan a manifestar un deseo y una voluntad de acción colectiva en el marco de lo político.

Lo que ocurre es que los jóvenes en el Tercer Mundo comienzan a ser un sector extremadamente vulnerado por los cambios estructurales de la economía capitalista.

Con un modelo educativo que ya no sirve para el proceso de integración económica y laboral y eso implica frustración en el ámbito de la vida privada, de la construcción de la familia, en el ámbito de la obtención de la vivienda, en el ámbito de la obtención del derecho a tiempo libre y esparcimiento.

La sociedad puesta en tensión obliga a tomar posiciones y por lo tanto, los jóvenes van a tomar esas posiciones y van a ser parte de la lucha política en el país.

Entonces, se trata de una juventud que salta de una dictadura (en nuestro caso sería Rafael Leónidas Trujillo) que no le ofrece nada y que además lo reprime a una “democracia” que les ofrece muy poco y, además, los desmoviliza social y políticamente porque les dice: usted, joven, yo lo capacito y trabaja, pero usted va a participar solamente cuando vote.

Cuando los individuos se aíslan de sí, desconocen de sus lazos reticulares, desconocen su identidad, desconocen su pasado, pierden su memoria colectiva, se desagregan, se separan y ya no actúan juntos.

Y ellos son desalojados de la política, instalados fuera de la sociedad como un peligro para la sociedad misma y, por lo tanto, pueden operar sobre estos individuos, sobre estos actores colectivos, sobre estas organizaciones, todos los dispositivos del disciplinamiento, paralelamente con la instalación de los mecanismos del control social: mientras a la población se le convence de que es mejor la esfera privada que la pública y mientras a la población se le convence de que la política es cosa de técnicos y profesionales y no de la gente y que la gente tiene que ser consumidor y trabajar y ser feliz en su casa.

Y finalmente en distintos actores de la sociedad se va reponiendo la necesidad de volver a la política y no sólo con el partido sino que volver a la política con la manifestación de amplios sectores, es decir, volver a una política con la sociedad incluida o el regreso de un movimiento social con la política incluida. Yo diría que estamos en la construcción de ese espacio.

 Nota: Estos párrafos fueron extraídos del libro antes mencionado, sin ninguna intensión de usurpar derechos de autor, reconocemos la propiedad del material. Lo hacemos con el fin último de propiciar el análisis crítico de nuestra realidad social y política a través de las orientaciones de Pedro Rosas que puede generar puntos de inflexión y llevarnos a repensar nuestra sociedad dominicana desde la realidad Chilena.

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